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                                        Las
                                    venas de las manos, abultadas y no deseadas, no son una enfermedad, pero sin embargo son una molestia estética.   Muchos de nosotros,
                                    nacemos con esas venas abultadas en el dorso de la mano, y a otros, con el transcurrir de los años se les van tornando evidentes las mismas, a pesar de haber tenido manos normales,
                                    por los mismos procesos
                                    de atrofia de los tejidos, haciendo que éstas se resalten. Esto último suele ocurrir luego de la cuarta a quinta década
                                    de la vida. Los
                                    pintores del Renacimiento, fotógrafos del pasado,  pintaban a sus modelos, con hermosas
                                    manos resaltando así su impacto en la pintura, pero revelando la edad de los mismos.   Las bolsas debajo de los
                                    ojos, las arrugas faciales, son facilmente tratables, pero las venas de nuestras manos, hasta el día de hoy,  no lo han
                                    sido.   Basicamente existen dos métodos
                                    para su tratamiento: A: La inyección esclerosante, con una
                                    sustancia química (igual que en los miembros inferiores).  Sus desventajas:  múltiples inyecciones,  a veces pigmentaciones residuales,
                                    entre otras. B. La cirugía, como flebectomía
                                    ambulatoria.  Esta es una técnica que se utilizó primero
                                    para las varicosidades de los miembros inferiores, pero desde 1995, viene siendo utilizada en los Estados Unidos de América
                                    en forma ambulatoria.  Esta
                                    cirugía cosmética de las venas de las manos, permite a las mujeres liberarse de las mismas, devolviendo esa lozanía
                                    de juventud a sus manos. Pequeñas, podría decirse casi imperceptibles, se realizan incisiones sobre el dorso de las manos,
                                    bajo anestesia local, no requiriendo puntos para su cierre. A
                                    través de estas incisiones, con instrumental especialmente adaptado para ello, se tratan dichas venas. Ambas manos se tratan
                                    en el mismo acto, al final del cuál puede retirarse conduciendo su propio vehículo.  Se
                                    utiliza elastocompresión por 24 horas en las manos, para proteger las mismas. Los hematomas  e inflamación pueden persistir
                                    por 1-3 semanas, pudiendo el paciente utilizar sus manos con absoluta libertad.  Este
                                    procedimiento está especialmente indicado para aquellas mujeres cuyas venas de las manos, consideran que afean las mismas.
                                    Así como las arrugas de la cara, o las adiposidades de distinta parte del cuerpo pueden ser facilmente removidas, ésta es
                                    una solución permanente para esas no deseadas venas de las manos.   
 
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